Un relato… de Roald Dahl

Portada Danny el campeón del mundo

Danny el campeón del mundo. Road Dahl. Il. Quentin Blake. loqueleo

Esta es una obra singular en la bibliografía infantil y juvenil de Roald Dahl. El elemento mágico suele estar presente en practicamente todos sus relatos, bien por situarse en escenarios poco habituales o fantásticos (la fábrica del señor Wonka, el melocotón gigante, el bosque de los mimpins, el mundo de los gigantes…) o porque sus protagonistas tienen poderes (Matilda, El Dedo mágico…). En Danny el campeón del mundo, la magia, por decirlo de alguna manera, reside en la relación entre Danny y su padre, y en los sucesos que acontecen a lo largo del relato. No hay magia pero hay elementos singulares: Danny se educa con su padres, mecánico, y saber hacer cosas que otros niños y niñas de su edad no: arreglar vehículos, conducir coches… Esto no está bien visto en determinados sectores del entorno en el que viven, pero…

Entren a leer el libro, si no lo conocen, o vuelvan a leerlo. Y que lo lean los chicos y chicas. Para opinar en las tertulias porque es un libro que puede dar mucho que hablar.

El ibro guarda secretos. Uno de ellos tiene que ver con un relato que Roald Dahl escribió para personas adultas que tituló «El campeón del mundo» y que inserta dentro de Danny el campeón del mundo modificando los personajes pero manteniendo la esencia de la acción. El relato se puede encontrar en las ediciones de la Editorial Alfaguara de sus Cuentos completos y en la Antología «Relatos escalofriantes de Roald Dahl».

Este libro fue adaptado para llevarlo al cine con guión de John Goldsmith y dirección de Gavin Miller. Los intérpretes principales fueron Jeremy Irons y su hijo Samuel Irons.

Danny, campeón del mundo

http://www.filmaffinity.com/es/film446017.html

Un poema

Leer, leer, leer, vivir la vida
que otros soñaron.
Leer, leer, leer, el alma olvida
las cosas que pasaron.
Se quedan las que quedan, las ficciones,
las flores de la pluma,
las solas, las humanas creaciones,
el poso de la espuma.
Leer, leer, leer; ¿seré lectura
mañana también yo?
¿Seré mi creador, mi criatura,
seré lo que pasó?

Miguel de Unamuno

Para que leas… 34

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